Existe una popular teoría económica que describe las burbujas especulativas como fruto del optimismo. Se llama, la teoría del tonto. El optimismo de los participantes de un mercado (los tontos) les hace comprar bienes sobrevalorados con la esperanza de revenderlos a otros miembros del mercado (más tontos). La idea es que siempre existirá alguien más tonto que tu, que estará dispuesto a pagar el sobreprecio que has pagado más un generoso margen. Las burbujas terminan cuando el mas tonto es galardonado con el título del "tonto mayor" y no encuentra comprador que pague un precio más alto.
Las burbujas tienen como actor principal objetos de especulación de distinta naturaleza, los que no recordamos lo que paso antes de las olimpiadas del 92 ya hemos sufrido la burbuja del petróleo, materias primas, las "punto com", la inmobiliaria y en breve la del oro (tomar nota de esta última, ¿no os parecen que las calles ya existen demasiado tontos con el cartel de "compro oro"?).
Quizás la más curiosa de las burbujas fue también la primera. Se produjo en el siglo XVII y es uno de los ejemplos más claros de burbuja especulativa y tuvo como objeto los tulipanes. Esta planta llego a Europa en el siglo XVI y pronto se convirtió en objeto de deseo de las clases altas y realeza de la época. En realidad al principio no tuvieron mucha aceptación pero fueron afectadas por un virus que les hacia crecer en gran variedad de colores, lo que provoco que fuesen objeto de deseo.
El panorama se volvió enloquecido, llegando a pagar 100.000 florines por 40 bulbos (traducido en su equivalente a euros, unos diez millones). Las clases medias se deshacían de bienes básicos para invertir en bulbos que luego intentaría revender y su valor era tal que un marinero que comió por error unos tulipanes pensando que eran cebollas fue encarcelado. Un solo bulbo tenía un precio equivalente a 24 toneladas de trigo.
Esta situación creo la base para el mercado moderno, creando la figura de los "futuros", llegando a comprar y vender producción que todavía no existía.
Finalmente en 1637 encontramos al " tonto mayor" y una partida de tulipanes se quedo sin vender, los inversores pensaron que era el momento de recoger beneficios pero ya no hubo manera de recuperar la inversión.
¿Nos suena esto?
